lunes, 21 de febrero de 2011

Ritmos Folklóricos de la Región Andina

Esta es la región más densamente poblada de Colombia, en ella vive la mayor parte de la población del país. Esta región fue la favorita de los colonos Europeos debido a que goza de un clima muy placentero cuya temperatura promedio depende de la altitud sobre el nivel del mar en la que se esté. Esta es la región donde se encuentra la mayor parte de la población Colombiana de raza blanca, aunque la raza en esta región es en su mayor parte una combinación de Español e indígena con la excepción de importantes comunidades de descendencia Africana en los valles. La música de esta región toma elementos rítmicos Africanos e indígenas, pero tiene un componente muy fuerte de influencia Española lo que se puede ver en los instrumentos típicos que son en su mayoría de cuerda. A esta región pertenecen:

El Bambuco


Como muy pocos ritmos, el bambuco no es solo una tradición musical, pues el baile que lo caracteriza no difiere de su esencia. Es una unidad interpretativa que le ha valido el bien ganado nombre de danza típica colombiana. Las parejas se desplazan con movimientos puros y recogidos, los contactos son fugaces y llenos de delicadeza. Hay una gran dosis de ingenuidad en su interpretación. Lo esencial es el paso con los pies en el suelo y el escobillado.

El Baile
La temática del bambuco está basada en el amor, es el proceso del romance campesino expresado a través de movimiento. Las figuras más características son: la invitación; que representa la parte protocolaria, o sea el cumplido social, los coqueteos; que representan el diálogo que conduce a la identificación y comprensión. La perseguida; el hombre persigue manifestando su fuerza bruta, y la mujer persigue pidiendo aclaraciones y la arrodillada; es el arrepentimiento, la disculpa y el perdón, y la parte religiosa que invita a la unión y a la felicidad.
El pañuelo es muy importante en el baile, ambos lo usan, y es el auxiliar para el coqueteo y la conquista.
La estructura planimétrica de este baile es circular, predominando los ochos y los círculos, combinados con cruces, avances y retrocesos. En la estereometría, hombres y mujeres llevan el mismo paso predominando el escobillado bajito. Cuando llega el momento de la música, el hombre sale para “enamorar a la pareja”, pero la mujer se queda quieta, para ello el hombre usa el paso medio o punteado y en el se pone un pie detrás del otro en su sitio y se baila picadito para atrás. Luego zapatea en su sitio para llamar la atención de la mujer y juega con el pañuelo, a lo que ella es indiferente.
Él zapatea nuevamente con toda intensidad, y ella comienza al fin a bailar en su sitio, entonces el hombre se aproxima, bailando también, y juega con el pañuelo, el zapateo y el cruce; él va, y ella viene. Luego él salta, pone las rodillas en tierra y con la mano en alto revolotea el pañuelo. Ella mientras tanto, gira alrededor del hombre y hace juegos con las enaguas. Luego avanza, retrocede en vaivén, y danzan frente a frente, haciendo cada cual un círculo. Posteriormente él zapatea, dobla una rodilla, la llama con el pañuelo y luego se arroja; ella se aproxima acurrucándose, y finalmente se aleja bailando. No es raro ver que el hombre se robe un beso, siendo ésta la parte pecaminosa y atrevida, a lo que ella responde con una palmada a manera de reclamo. Finalmente se conquistan mutuamente, y danzan armoniosos y felices, fluyendo con los acordes musicales.

El Torbellino


Es una de las danzas y canto folklórico más representativo de Boyacá, Cundinamarca y Santander; la tonada, compañera de los promeseros en las romerías boyacenses, en los bailes de casorios, en las fiestas patronales y demás ambientes festivos de los pueblos y veredas del altiplano cundiboyacense. Es la tonada con la cual los campesinos expresan en sus coplas toda la sencillez de sus reacciones ante el amor, la desilusión, el sentimiento religioso y el paisaje variado y aire frío de la meseta cundiboyacense. La tonada en cuyas expresiones de "mesmito" "sumercé" "queré" "truje" "vide" "gancia" "ansia" "paqué" expresan las supervivencias del castellano antiguo más típico, en estos aires de ascendencia hispano-colonial.

Sobre los orígenes del torbellino han surgido las hipótesis indígena y española, dignas de considerar; La indígena tiene una semejanza rítmica entre el torbellino y los cantos de viaje de los indios motilones de la serranía de Perijá. Es conocido que los indígenas no usaban la marcha o paso normal de los hombres de las ciudades, sino que tienen un trote rítmico que les permite andar sin fatiga muchas leguas por caminos de montañas y travesía cordilleranas; en sus viajes van tarareando musiquillas rudimentarias, coplas regionales o sonando tonadillas del mismo compás. En las ventas camineras, durante el reposo del viaje, pulsan sus requintos y tiples con el aire típico del torbellino, para solazarse en sus recuerdos o para acompañar la danza del mismo nombre que ejecutan en las posadas. Un sello de tristeza y melancolía muy propias de los aborígenes del altiplano cundiboyacense y Santanderes. 

En general el torbellino es un baile suelto que se baila entre dos personas, aun cuando aparecen hasta cuatro parejas. Los danzantes dan vueltas, con la particularidad del movimiento femenino como un trompo, con las manos jugando al danzar. El hombre persigue a la mujer, pero ésta se escapa haciendo giros en remolino; se presenta un cambio de puesto entre el hombre y la mujer y así sucesivamente. A veces se canta, se entona una copla y se sigue bailando. 

Se han distinguido variedades del torbellino, destacando el triste o melancólico del altiplano, y el festivo de las zonas cálidas. Se da el nombre de torbellino versiao cuando los danzantes intercambian coplas graciosas; Torbellino a misa, el que se bailaba antes de la misa de gallo en la nochebuena, muy característico del Valle de Tenza (Boyacá). Además el torbellino de la boterra y el torbellino palmoteado, danzado antiguamente en Villa de Leyva. En ritmo de torbellino se bailan algunas danzas andinas como el tres, la manta, la matarredonda, la perdiz y otras. Los virtuosos del torbellino en Boyacá dicen que antiguamente el ritmo era más agitado y muy de remolino; la india boyacense lo bailaba poniendo sobre su cabeza una taza con chocolate; la gracia precisamente la encontramos en no dejarla caer de la cabeza.

Pasillo


Es otra de las tradiciones folklóricas andinas que se hicieron populares desde el siglo XIX. Es una de las variantes del vals europeo, convertido en baile de moda, con ritmo más rápido o sea de pasillo. Una de sus formas de variación en el siglo XIX fue la "capuchinada" o vals nacional rápido. En los años de transición del XIX al XX se convirtió en el ritmo de moda de los compositores colombianos; era el más solicitado por los jóvenes y el más escuchado en las tertulias santafereñas a estilo de "Rondinella", "La gata golosa", "Patasdilo" y otras. 

En la interpretación de los pasillos encontramos dos tipos representativos: el pasillo fiestero instrumental, que es el más característico de las fiestas populares, bailes de casorios y de garrote; se confunden con la típica banda de música de los pueblos, con los fuegos de pólvora, retretas, corridas, etc. El pasillo lento vocal o instrumental, es característico de los cantos enamorados, desilusiones, luto y recuerdos; es el típico de las serenatas y de las reuniones sociales de cantos y en aquellos momentos de descanso musical, cuando se quiere recordar.

El pasillo colombiano presenta semejanzas con el "valse" de Venezuela, el "sanjuanito" del Ecuador y el "valsecito" de Costa Rica". Con el pasillo colombiano se hicieron populares las danzas, bailes relacionados con la contradanza europea y la habanera cubana. Era un baile de salón y de fiestas de familia, muy apetecido en Colombia y en especial en Antioquia y Calda.

La Guabina


Es otra de las danzas y cantos típicos del folklore musical andino, muy extendida en los departamentos de Santander, Boyacá, Tolima, Huila y antiguamente en Antioquia. Aún cuando el ritmo es común, en cada departamento la guabina adquiere una melodía especial. 

Es un folklore con ascendencia europea y con adaptaciones regionales muy sugerentes. Sobre su nombre no existe definición; se habla de la existencia de un pez guabina en los Llanos, y muy apreciado en Cuba por su carne; asimismo se ha tomado el nombre de guabina para designar a un hombre simple. Los instrumentos típicos para la ejecución de la guabina son el tiple y el requinto, la bandola y el chucho o guache, a veces remplazado por la pandereta.

Para bailar la guabina boyacense se utiliza una vestimenta del altiplano: el hombre con pantalón de manta y alpargatas de fique, un sombrero de paja pequeño que cubre una montera de lana oscura y camisa de color vivo. La mujer lleva falda oscura y enaguas blancas que asoman el encaje, alpargatas con galones negros, blusa bordada, mantilla corta que cae a la espalda y sombrero de paja, igualmente con montera. Ambos llevan a la espalda, cogidas con cargadores que se anudan sobre el pecho, una canastilla de bejuco, pequeña como para llevar artículos de mercado, o bien jaulas pequeñas de "chusque" como las utilizadas por los campesinos para llevar huevos al mercado.